MANADA WAINGUNGA
La Manada Waingunga con Akela y Bagheera
"Estamos en la India, en el corazón de la Selva Seeonee, a no muchas millas de la
vieja ciudad de Jubbulpore. La noche ha caído, y no se oye más ruido que el correr
de un imponente río, el Waingunga.
Sale la luna, [...] de repente,
de alguna parte entre los árboles sale el aullido de un lobo; después otro, otro y otro
más, hasta que toda la selva se llena de espeluznantes aullidos. Si ustedes conocieran
los sistemas de los habitantes de la selva, serían capaces de entender que están
cantando.
¡Escuchad! es el canto nocturno de la selva:
Suelta a la noche Mang, el murciélago, tráela en sus alas Rann, el milano; ya en sus corrales las vacas duermen,
de los corderos duerme el rebaño; tras las cerradas puertas se esconden.
Porque hasta el alba libres vagamos. Ésta es la hora: fuerza y orgullo; garra afilada, silencio cauto.
¡Ya el grito suena! ¡Caza abundante para el que observa la ley que amamos!
Los cantos se hacen cada vez más cercanos; cierto número de sombras principian a
salir tras de los árboles y van colocándose silenciosamente en sus lugares alrededor
de la roca que corona la cúspide del cerro. Son los lobos de la Manada de Seeonee,
jóvenes y viejos, machos y hembras, que se reúnen para el consejo de manada que
se celebra una vez al mes, en el plenilunio. [...]
Mientras hemos estado cuchicheando, la gran roca plana ha sido ocupada. Akela, el
viejo lobo gris, que dirige la manada por su fuerza y por su destreza, yace ahí tendido
a todo lo largo; pero ha llegado tan silenciosamente, que no nos hemos apercibido de
su venida. El resto de la manada, levantando sus narices hacia la luna, lanza un
aullido de saludo, [...]. Cuando han terminado, Akela levanta la cabeza y grita: “vosotros
conocéis la ley; vosotros conocéis la ley. Ved bien, ved bien, ¡eh lobos!” [...]
Se sucede una interrupción. En vez de un lobato, una de las madres ha empujado
hacia el centro del círculo a un niño indio desnudo -Mowgli, la rana-. Los gritos de
Akela continúan iguales. pero del otro lado del claro sale el rugido de un tigre furioso:
“ese cachorro es mío, dádmelo. ¿Qué tiene que ver el Pueblo Libre con un cachorro
humano’?”.
En este momento se escucha un clamor entre la manada, unos se ponen
de un lado y otros del otro. El asunto no queda decidido hasta que otros dos animales
no hablen en favor del cachorro humano; así lo quiere la ley. Estos son Baloo, el
viejo sabio oso pardo que enseña a los lobatos la ley de la selva, y Bagheera. la
pantera negra, la mejor cazadora. A ésta se le concede comprar la vida de Mowgli
al precio de un toro recién cazado.
Shere Khan el tigre. se va desilusionado por haber perdido su comida. [...].
Así es como Mowgli entra a ser un miembro con todos sus derechos de la Manada de Seeonee.
Todo aquel que sigue la senda de los lobatos, sabe de esta escena y todo lo que hay
que saber acerca de las aventuras futuras de Mowgli".
(“El Libro de las Tierras Vírgenes”, de Rudyard Kipling)
COLECCION GILCRAFT
TRADUCCION: JORGE NUÑES PRIDA